viernes, 18 de abril de 2008

Cuentos (re) cortos

“El cuento es un relato breve escrito en prosa, en el que se narran hechos fantásticos o novelescos, de forma sencilla y concentrada, como si hubiesen sucedido en la realidad”.

Por simple que parezca la definición de ´cuento´ aún me sigue fascinando. Son los cuentos los verdaderos “ladrillos” de la narración, segmentos cuasi-perfectos que dan sentido a las eternas horas de lectura.
Los cuentos que siguen a continuación son parte de una serie de escritos que surgieron durante mi adolescencia. Quise rescatarlos del armario de la memoria y reescribirlos en parte. La idea de que desaparecieran me carcomía la mente y no dudé en protegerlos del paso del tiempo a través de éste blog.
Antes quiero recordar que soy amante de los cuentos (bien) cortos. Hay dos de ellos que aún siguen siendo mis favoritos. Los hallé en Internet una tarde de 1997 y hasta el día de hoy siguen cautivándome.
Las palabras justas y precisas aún encajan a la perfección y cada vez que los leo descubro nuevos significados inmersos en la síntesis de palabras que los conforman.
Simples, ágiles y maravillosamente fantásticos. Los invito a leer estos dos “pequeños” relatos:



Despierto después del tremendo choque entre los restos retorcidos de mi coche. Sobre mí se inclina Frank, mi amigo de la infancia, tratando de reanimarme.
- Pero Frank –murmuro débilmente- si tú estás muerto…
Frank me responde con amable embarazo:
- Y tú también.

M.R. James.


Me arrellano en mi sillón junto a la chimenea donde crepita el fuego, con la copa de coñac en la mano derecha y la izquierda caída descuidadamente, acariciando la cabeza de mi perro… hasta que descubro que no tengo perro.

Arthur Conan Doyle.

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