viernes, 18 de abril de 2008

Besos

Me miré al espejo y noté más arrugas que las de costumbre, tenía los ojos tristes con el cansancio típico de los años. Me contenía las lágrimas para no desahogar la ingratitud.
Mis manos, llenas de labor, le daban sentido a la línea de la vida. Cada segmento reflejaba parte de mis días, de los 80 años que hoy cumplo y no quiero cumplir.
Afuera están los nietos, 15 ángeles aventurados que nunca le negaron un abrazo a este pobre y olvidado viejo. ¿Cuántas veces habré renegado de mi abuelo y ahora pago las consecuencias de saber que todos hacen lo mismo?
Estoy acá, aburrido, solo frente al espejo, a punto de salir de esta desteñida habitación y poner la mejor cara de alegría cuando reciba el regalo: 15 besos de angelitos.

No hay comentarios: