“La ética es una sola y no tiene por qué cambiar con la plataforma en la cual se publique el contenido”.
Esa fue una respuesta común que se dio en el Seminario El futuro del periodismo en Internet y la profesionalización de la redacción online que se realizó en noviembre en Bogotá.
“La ética más que manual de normas, mandatos o prohibiciones es un reclamo de excelencia, en lo humano y en lo profesional. Es una trampa pensar que un nuevo periodismo para Internet es distinto que el anterior”, señaló Javier Darío Restrepo, de FNPI, sobre los dilemas éticos del periodismo online.
En el video que pongo a continuación, Restrepo afirma que el periodista tiene que tener en cuenta tres conceptos básicos.
1- Afinar su sentido de responsabilidad.
2- La verdad
3- La apertura “al otro” en Internet
Restrepo pide que el periodista “afine su sentido de responsabilidad” porque tiene un “inmenso poder en sus manos” que es “responderle a todos los que puedan ser afectados por Internet”.
Sobre la veracidad del hecho informativo, expresa que Internet “es un depósito gigantesco de información, pero no de conocimientos”. “Lo propio del periodista es transmitir los conocimientos, para que la gente, teniendo conocimiento de las cosas, pueda elegir en libertad”. Impecable.
Sobre el tercer punto, Restrepo explica que Internet “tiende a aislar a las personas”.
“Ese aislamiento se transforma en un lenguaje propio de Internet. El idioma está recibiendo una transformación tal que los aísla de los demás, creo que este es uno de los dilemas más hondos que tiene un periodista de Internet”. En ese sentido considera que estamos ante “la segunda ola individualista de la historia”.
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Pero el ciberespacio presenta otros dilemas. Renata Cabrales, editora del País.com.co, de Cali, Colombia, contó que un usuario de su página escribía de manera frenética en la sección de comentarios la ubicación precisa donde supuestamente la guerrilla de las Farc tenía cautivos a un grupo de secuestrados. “Cuando los políticos fueron asesinados, dio las coordenadas del lugar exacto donde estaban sus cuerpos”.
“¿Debía ella abstenerse de publicar estos comentarios? ¿Deben incluir los periodistas a la audiencia en su sala de redacción? ¿Es responsable el periodista por la veracidad del contenido al cual hace un link? ¿Puede un periodista desinteresarse de ser visible en la red? ¿Se mantienen los mismos derechos de autor en el ciberespacio?”, se preguntaron en la reunión FNPI.
Es la Web 2.0 la que ha puesto en jaque algunos conceptos. Los comentarios sobre las notas, llevaron por ejemplo, al diario la Capital de Rosario a cerrarlos. Otros diarios también lo están "imitando".
Otro tema
Darío Datri de Clarín.com se plantea: “¿Por qué los periodistas tradicionales tenemos tanto miedo de lo que el periodismo en Internet nos plantea? Detrás de las apelaciones a las faltas de profesionalismo, está el miedo a la participación de la audiencia”.
¿Cómo rectificar información que, al poco tiempo de ser publicada, ha sido “linkeada” cien, mil veces?
Miguel Paz, dijo en el encuentro: "Existen muchas formas de rectificar. Incluyendo una nota del editor, indicando los errores y la rectificación. En Internet prima la honestidad. Quien reconoce un error y lo resuelve es mejor evaluado que aquel que se resiste retóricamente a reconocerlo".
Más sobre ética
El director de Comunicaciones de Google para América Latina Alberto Arébalos, concluyó: “No veo porqué internet debería cambiar los principios básicos del periodismo. Lo que cambia es que hay más posibilidades de participación de la gente”.
Para finalizar, el profesor chileno de periodismo Andrés Azócar, dijo: “Ahora nuestra ética, la que protegíamos y cuidábamos, está invadida por los ‘bárbaros’: 130 millones de blogs, 10 millones de videos en YouTube. No son periodistas pero tienen medios”.
Azócar considera que dado que es imposible imponerle un código ético a los millones de bloggers que pululan el ciberespacio, la ética periodística será crecientemente individual, autoregulada, y primordialmente, estará “en manos de la audiencia”.
Sobre la convergencia de redacciones, acá (link a FNPI) está servida la polémica.
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